RUTA: CONOCER (Y DISFRUTAR) LAS DUNAS DE MARBELLA

01.07.2018

Los sistemas dunares, de casi 500.000 metros cuadrados, son únicos en la provincia y abren paso a atractivas playas

Son supervivientes del insaciable avance del ladrillo que en los años del 'boom' inmobiliario arrasó con casi todo lo que encontró a su paso en el litoral marbellí. Los sistemas dunares que hoy perviven y que se convierten en un interesante atractivo turístico para descubrir durante todo el año, son vestigios de un cordón dunar primigenio del que se conservan distintas formaciones discontinuas debido a la ya citada presión urbanística y al desarrollo masivo de chiringuitos -algunos levantados en plena duna-.

Desde la desembocadura del Río Real hasta Cabopino se puede disfrutar de un paseo para descubrir una flora y fauna peculiar y un entorno natural inédito en el resto de la Costa del Sol. Sólo las Dunas de Artola, declarada Monumento Natural en 2003, alcanza los 200.000 metros cuadrados de extensión. Los otros 9 sistemas dunares, declarados Reserva Ecológica en 2015, suman otros 223.303 metros cuadrados. El trabajo de protección y conservación que desde hace casi dos décadas mantienen los miembros de la Asociación ProDunas y el respaldo de los gobiernos tras la 'era Gil' han permitido poner en valor buena parte de estos espacios. Y ello ha dado sus frutos. Valga como ejemplo que especies animales amenazadas que desaparecieron al tiempo que las dunas se iban invadiendo, están volviendo a la zona. Es el caso del Chorlitejo patinegro y la Cogujada montesina.

En la flora autóctona destacan especies típicas de matorral y arbustivo mediterráneo como el Pino piñonero, Sabina, Acebuche, Lentisco, Espino negro, Palmito, Alcornoque, Coscoja perenne, Retama, Romero o Tomillo.

Las dunas cuentan normalmente, explican desde la Asociación ProDunas, con tres ecosistemas diferentes. La primera línea que forman las llamadas dunas móviles, que protegen el espacio de la erosión del viento y sirven de hábitat a especies como el Cardo de mar, el Barrón o la Azucena de mar. Estas especies, indican, enriquecen con materia orgánica el suelo del segundo ecosistena: las dunas semifijas con especies como la Manzanilla bastarda, la Linaria, el Alhelí de mar, la Algodonosa, o el Cuernecillo de mar. En la zona de dunas fijas habitan las plantas leñosas como el Pino piñonero, el Lentisco, Alcornoque o Acebuche.

El entorno se convierte en el hábitat ideal para especies de aves como el Verderón, el Pinzón vulgar o el Jilguero y otros pequeños animales como la lagartija colirroja, el conejo o el erizo europeo. El pasado verano se hizo una suelta de camaleones en la zona de Artola-Cabopino. Cinco ejemplares que habían sido cuidados en el Centro de recuperación del Camaleón y cedidos a Produnas por el área de Sostenibilidad Medioambiental del Ayuntamiento de Málaga. La suelta se efectuaba conjuntamente con la colaboración de la Consejería territorial de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, la Diputación Provincial de Málaga y el Ayuntamiento. Aseguran desde el colectivo que la zona ya es, de nuevo, hábitat del Camaleón común.

Dunas de Artola-Cabopino

Fueron declaradas Monumento Natural en el año 2003 por su alto valor con un ecosistema y variada biodiversidad. Es el espacio dunar de mayor extensión del término municipal, con 200.000 metros cuadrados de superficie. Desde hace dos años un sendero peatonal de madera permite un paseo a los visitantes que a través de él pueden adentrarse en el corazón sin afectar a la flora y fauna, evitando el constante pisoteo de los ciudadanos permitiendo así el desarrollo natural de la flora autóctona. Otro de sus atractivos es la Torre de los Ladrones, que con 16 metros de altura era utilizada como torre vigía militar. Está ubicada junto al puerto de Cabopino, otra opción visitable para completar la excursión. No te pierdas: Los tres tipos de dunas que existen. En primera línea de playa, las dunas con cierta movilidad. Una segunda línea que forma una barrera natural con dunas móviles inactivas, cubiertas de vegetación arbustiva y flora autóctona de interés. Más alejadas del mar se encuentran las dunas fósiles inmóviles que muestran una hilera de un denso pinar de Pino piñonero, Sabina, Lentisco o Acebuches. La llamada Azucena de Mar florece en los meses más secos: de julio a septiembre.

«Se trata de un monumento natural que se ha conseguido proteger con esas pasarelas peatonales, pero hay que seguir llamando a la concienciación para que se respeten y no se repitan los actos vandálicos de otros veranos», subraya Susanne Stamm, secretaria de la Asociación ProDunas, colectivo que lleva casi dos décadas trabajando en la defensa y conservación del cordón dunar de Marbella.


Reserva de Los Monteros. Río Real

Esta duna, que en algunos puntos alcanza entre los 2 y 4 metros de altura, abarca unos 15.000 metros cuadrados con una longitud de unos 400 metros paralelos a la playa. El paseo por este entorno se localiza entre la desembocadura del Arroyo Río Real y las urbanizaciones cercanas al Arroyo Realejo. Consta de tres tramos: Los Monteros Playa, Ignacio Coca y Palm Beach. En 2012 una intervención de la Demarcación de Costas permitió un descepado mecánico en profundidad de las plantas exóticas invasoras que habían ido desplazando a la flora autóctona que fue reimplantada como la Sabina, el Lentisco, el Espino negro o el Acebuche.


La Adelfa. Bahía Marbella

Es el mejor ejemplo de los efectos de la intervención humana, pero para bien. Fue la primera en la que intervino ProDunas hace una década. Se trata de uno de los puntos más interesantes para la visita por la variedad de flora silvestre autóctona pero también por la gran diversidad de pequeña fauna salvaje existente. Abarca 45.000 metros cuadrados (desde el Arroyo Realejo hasta la Urbanización Los Monteros) y su cresta dunar puede alcanzar una altura de entre 2 y 4 metros. Su longitud es de unos 1.000 metros paralela a la playa. Sabinas, Pinos piñoneros, Acebuches, Alcornoques o Retamas fueron reintroducidos en las tareas de recuperación de este espacio.


El Alicate. Las Chapas

Se trata de una pequeña formación dunar de unos 8.000 metros cuadrados con 200 metros de longitud y paralela a la playa. Es sin duda una de las dunas que más ha sufrido este invierno los efectos de los temporales. Cuenta con entre 30 y 40 metros de ancho entre la playa y la servidumbre de tránsito. Sobre ella se han programado intervenciones de rehabilitación, fundamentalmente para la retirada de las especies invasoras y la reforestación con arbustos.


El Barronal de la Morena. Las Chapas

ProDunas la considera como la más «hermosa y auténtica» de la franja litoral marbellí. Enclava entre las urbanizaciones Las Chapas y Playas Andaluzas, presenta varios ecosistemas en función de la cercanía o lejanía al mar y es de gran interés por el desarrollo variado de la flora autóctona (Sabina, Lentisco, Acebuche, Palmito) y grupos de pequeña fauna. Abarca unos 36.000 metros cuadrados y su cresta alcanza entre 5 y 8 metros de altura. Una de sus peculiaridades es su profundidad con pronunciada orografía de valles y crestas dunares de unos 200 metros en sentido norte-sur.

Los sistemas dunares, de casi 500.000 metros cuadrados, son únicos en la provincia y abren paso a atractivas playas


El Arenal. Costa Bella-Playas Andaluzas

Desde el acceso a la playa de la urbanización Playas Andaluzas se puede acceder esta singular zona dunar que abarca unos 9.000 metros cuadrados. Las dunas presentan dos crestas individuales de entre 4 y 5 metros. Su longitud es de 200 metros paralelos a la playa y una profundidad de unos 30-40 metros, dependiendo del tramo. También en esta zona se viene trabajando desde hace varios años en la reforestación con plantas autóctonas y la eliminación de la tan temida invasora Uña de gato (Carpobrutus edulis). Palmito, Sabina, Retama, Lentisco, o Romero son algunas de las especies que ahora pueden admirarse. Como en otros puntos, las tareas de recuperación han incluido la colocación de un cordón de protección formado por estacas de maderas y cuerdas. La planta dunar por excelencia en esta zona, el Barrón (Ammophila arenaria) se desarrolla con una función primordial: sujetar la cresta dunar.

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Real de Zaragoza. Las Chapas. Elviria

Se trata de la duna de mayor extensión de las ocho que componen la Reserva Ecológica Dunas de Marbella. Se extiende sobre unos 70.000 metros cuadrados con crestas que pueden alcanzar entre 2 y 4 metros de altura. La zona, con gran presencia de chiringuitos, ha sido sometida en los últimos años a una profunda recuperación y puesta en valor, con un vallado especial de protección y la creación, por parte del Ayuntamiento, de zonas de aparcamiento para evitar la invasión de vehículos que, lamentablemente, se sigue produciendo a pesar de la existencia de estos espacios, tal y como vienen constatando los miembros de ProDunas. «Es una zona de gran atractivo pero precisamente por eso todos debemos colaborar en la protección del entorno de la mejor forma posible», apunta Susanne Stamm, quien llama a la utilización de los aparcamientos existentes. «Sólo hay que andar 300 metros más. Merece la pena si con ello dejamos de invadir las dunas con los coches», subraya.


La Víbora 2. Las Chapas. Elviria

Esta zona pertenece al cordón dunar más primigenio. Apenas abarca, por la invasión de viviendas, 250 metros de longitud con una cresta y pequeños valles de unos 3 metros de altura y 50 de profundidad entre la playa y las urbanizaciones. En su origen enlazaba con el Arroyo La Víbora para seguir hacia Marbella. Ahora un chiringuito y el acceso a la plaza desde el aparcamiento La Víbora, interrumpen su continuidad. La zona ha sido igualmente protegida con estacas de madera concatenadas con cuerda vegetal y reforestada con especies autóctonas.


La Víbora-Laurel

Tiene una extensión de unos 22.500 metros cuadrados y una longitud de 450 metros con una profundidad hacia las urbanizaciones de unos 50 metros. Su altura puede llegar a los 6 metros actuando así como parapeto contra el avance del mar y los temporales. También en esta zona se localizan chiringuitos que bordean el espacio protegido. Varios colegios de la zona tienen apadrinada esta duna y durante el curso se organizan actividades de reforestación y eliminación de especies invasoras con la participación de los alumnos.


Las Golondrinas. Las Chapas. Elviria

El entorno pertenece al antiguo cordón dunar sobre el que actuó la presión urbanística dando como resultado un espacio de unos 250 metros de longitud de duna con una altura desde la playa de entre 3 y 4 metros. En el año 2014 se realizó el primer descepado de la llamada mimosa falsa y de la caña para posibilitar el desarrollo de la flora silvestre autóctona.

Fuente: diariosur